En descenso directo

Chaca sigue sin aprovechar los malos resultados de sus rivales directos por el descenso (Foto: Télam)

Chacarita pasó por La Plata de la misma manera que la tormenta: estuvo en la cancha sólo diez minutos. Fue lo que tardó Gimnasia en convertir el primer gol del partido ante la pasividad de Toledo y el estatismo de un Tauber sorprendido. El resto del partido fueron arrestos individuales de Ereros, Dolci y la jerarquía de un Zaldivia que lamentablemente llegó a la quinta amarilla y no jugará con Atlanta.

Armó Marabotto un 4-3-3 con Piris por Serapio y el ingreso de Zaldivia por Espíndola. Sin recuperarse del primer gol, enseguida vino el segundo. También creemos que hubo estatismo de la defensa y el arquero que no pudieron parar a un volante defensivo que se desprendió.

A esta altura hacer un análisis de Chaca y su juego no tiene sentido, ya que carece de todo lo que se le puede pedir a un equipo. Y esto obviamente no es culpa de Marabotto que como siempre sale a apagar el incendio y trata de aportarle a un grupo de jugadores la mística y la historia de un grande del Fútbol Argentino.

Chacarita es un compendio de individuales en las que cada uno hace lo que sabe y puede, y en algunos casos, es muy poco. Hay que ir partido tras partido y tratar de sumar y rogar que no sumen los que lo rodean. Hay que apostar a algún arresto de Ereros, al despliegue de Dolci y ver si en alguna pelota parada podemos convertir.

Mientras tanto, el próximo partido es con Atlanta. No existe otro resultado en San Martín que ganar el partido ya que no se puede solamente depender que no ganen los otros, y en este caso es una final y las finales no se juegan, se ganan. Y la próxima será una final contra un rival directo para salir del descenso.

Por Gustavo Szpigiel

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