La Triste Realidad

El compacto de Flandria 1-0 Chacarita

Chaca perdió uno a cero con Flandria con gol de penal, ante una falta de Emanuel Morales en un córner que el árbitro Germán Bermúdez vio y cobró.

Cuando terminaba el partido y uno tenía la bronca y tristeza por una nueva derrota del Funebrero, escuchaba a un hincha de Flandria decir “a estos los tenemos de hijos”, escuchar que uno de sus últimos triunfos fue contra Chaca en la temporada pasada por 4 a 2, escuchar al profe Carossino en la arenga antes del partido cuando dice “viene cualquier equipo y nos quiere tocar el c…”, ver como se jactan equipos que a lo largo de su historia el único galón que tiene es ganarle a Chacarita.

Y pasan los días, las semanas y los meses y la caída no tiene freno; hasta hace muy poco un héroe de estos tiempos para la gente de Chaca como es el “Gato” Leeb le dio y le da un envión anímico al equipo que le sirvió nada menos que para ganarle a Atlanta en Villa Crespo y saborear por unos días las mieles de la punta del torneo y hacer que los problemas reales se olviden por un rato. Pero es evidente que con eso solo no alcanza para soñar con algo más que navegar por la mitad de la tabla del torneo si no contás con elementos que sustenten que el equipo está para otra cosa.

Y este espacio no es ni para criticar a nadie, es tratar de describir cual es la realidad del club.

Chacarita está pasando por uno de los peores momentos en su vida institucional y no es culpa de esta conducción, sería facilísta decirlo; es la suma de todas las conducciones que llevaron al club a esta situación y que deriva en tratar de salvar el barco para que no se hunda y no para que llegue a destino.

Lamentablemente ese comentario del hincha de Flandria me llevó a reflexionar si realmente creo que tener 106 años de historia, haber pisado el Nou Camp y ganarle al Bayer Münich, haber salido campeón de la "A" dándole un baile infinito a uno de los equipos más grandes del mundo, haber transitado por la Primera División habiéndole ganado a todos los equipos grandes, tener un estadio que con solo ganar tres partidos seguidos explota de gente, ser considerado en algún momento como uno de los clubes más importantes de la Argentina, ser aquel club “querible”, ser respetado por el “aguante”, pero también por “lo otro”, tener gente que ama esta camiseta en todas partes del mundo y tantas cosas más, alcanza para ganar, alcanza para que te respeten, alcanza para hacer valer en cada cancha que jugás la historia que carga esta camiseta; pero a la vez se me viene a la cabeza la contracara, el que viene cualquier equipo a San Martín y te gana; los problemas de “alcoba” que no logran poner al club delante de sus egos personales, las desastrosas conducciones que tanto mal le hicieron a Chaca, los robos y la corrupción que impera desde hace mucho tiempo, el que se rompa el lavarropas y no haya plata para pagarlo o rescindir 8 contratos cuando nos íbamos al descenso, o que venga De La Riva y pida achicar la cancha porque “parecemos grande pero somos chicos” y tantas chicanas de sociedad de fomento que le hicieron casi un daño irreparable.

Del partido no hay mucho para decir, si a todos les ponían 22 camisetas amarillas, era un entrenamiento de Flandria.

Le podríamos preguntar al Gato porqué armó el 4-4-2 para jugar con un equipo que había hecho un solo gol en todo el torneo; o porqué salió Santiago Fernández si justo entraron los altos para cabecear alguna y “Santi”era el único que iba por afuera para tirar centros.

Pero son preguntas con el “diario del lunes” y el Gato es el que está todos los días con el plantel para saber cuál es el mejor equipo que puede poner en la cancha.

En definitiva, si gracias a él hoy Chaca está todavía en el pelotón de arriba, con ese envión que junto al profe y su cuerpo técnico le metió a este grupo, pero ellos saben que con eso solo no alcanza.

Me fui de Jáuregui con la certeza que llevo a Chaca en la sangre y seguramente el próximo partido levantaremos el ánimo y tal vez vuelva al triunfo y renazca la ilusión. Pero también respondiéndome a mí mismo aquella pregunta que me hice al terminar el partido cuando escuché al hincha: aquello ya es historia, ésta es la triste realidad.

Gustavo Szpigiel

Las fotos de Mara García

Compartir en Google Plus