En el segundo minuto de descuento Villa Dálmine le empató un partido al Funebrero que tenía casi ganado con gol de Matías Rosso.
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Y para esto hay que evaluar que hoy en cancha había siete jugadores juveniles y de los otros cuatro (Otarola, Laumann, Racca y Morales) solo uno ya tiene una trayectoria dentro del club (Morales) como para saber claramente el peso que tiene esta camiseta y como hacerlo valer.
¿Por qué decimos esto?, porque un partido se gana con buen juego, con actitud, con estado físico, pero también se gana con astucia, con personalidad, con no dejarse avasallar, con entender lo que significa estar ganando uno a cero de visitante y "dormir" el juego, no seguir atacando a "lo loco", con "conversar" al arbitro en los momentos claves y también "bancarse" el clima de visitante.
Bueno, todo esto último Chaca lo tiene en cuentagotas, tiene el auto nuevo, le falta el recorrido.
Hoy el partido se sostuvo, en tres pilares: Otarola (la sacada del primer tiempo fue fabulosa con unos reflejos formidables); Racca (cada vez más jugador); y Laumann (su mejor actuación en Chaca). Ellos tres sacaron todo lo que caía cerca. Acuña cumplió correctamente afirmándose como lateral y seguramente un poco más contenido que en el partido anterior dándole más soga a la subida de Paredes por el otro sector.
En el medio Nizzo alternó buenas y otras, a veces impreciso. Módula acompañó bien lo mismo que Rodríguez pero no profundizaron y es ahí donde solo Morales por izquierda aparecía intentando acompañar a los solitarios Juárez (mucha voluntad, poca participación) y Piris (es indudable que necesita un compañero que le descargue juego y compañía, mientras tanto se diluye en la gambeta lejos del arco).
Así el juego se iba y en esa primera parte no hubo nada especial para comentar, sólo esa sacada de Otarola después de un corner y luego de que la bajaron, el delantero violeta que la metía y la estirada del "uno" que lo evita, y un remate rasante en el que Fernando hizo "vista" y la pelota pasó muy cerca del palo izquierdo.
En el segundo el "Gato" lo manda a Carella en lugar de Juárez, quien tuvo más participación ya que se tiraba un poco más a los costados y se alternaba con Piris en la posición de punta.
Luego los mandó a Rosso y Coronel a la cancha. Éste último, con poco, marcó diferencia con el resto; solo con frenar, darle un poco más de pausa y precisión al equipo que de a poco se fue adueñando del medio y comenzó a llegar más nítidamente, fundamentalmente por el sector de Morales; y precisamente desde ahí vino el centro que pasó a todos menos a Matías Rosso que de atropellada la empujó hacia el festejo soñado.
El encuentro se diluía, estaba más para el segundo de Chaca que para el empate y lo tuvo para cerrarlo: primero en un remate de Morales en el travesaño y sobre la hora en una "cachetada" de Piris al segundo palo, pega en el borde interno y le vuelve a las manos del arquero; que saca largo y en la única duda defensiva vino la igualdad ante la bronca y la tristeza del equipo tricolor.
A Chaca hay que analizarlo desde la apuesta que hace Leeb a futuro, con los jugadores del club, que tienen que vestirse de grandes antes de lo previsto, de esta manera va a tener alegrías y broncas , mientras tanto los chicos se hacen camino al andar.
Es eso lo que hoy tiene que rescatar el hincha de Chaca; y si se utiliza para beneficio del club, con el tiempo vendrán los resultados. No hay ninguna duda
Gustavo Szpigiel
El compacto de Villa Dálmine 1-1 Chacarita
Las fotos de Ely Martínez
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