Cinco jugadores juveniles de Israel están a prueba en el club Chacarita Juniors de Argentina


El medio de la comunidad judía Vis á Vis habló en exclusiva con Eduardo Perel (71), encargado del proyecto que acercó jugadores de Israel a Chacarita Juniors (Argentina).

Perel fue director técnico de Chacarita y es actual director deportivo de “Proyecto Shalom”, una escuela de fútbol en Israel que trabaja con niños árabes y judíos que tiene como objetivo salvar las distancias mediante el deporte.

Pertenece a la comunidad judía, es nieto de abuelos que estuvieron en un campo de concentración en Polonia y fue deportista en Atlanta y Sportivo Italiano (equipos argentinos), hasta que una lesión en el tobillo lo alejó de las canchas. A los 20 años empezó a formarse como entrenador, donde conoció a Ernesto Duchini, ex jugador y DT del Funebrero (apodo de Chacarita), al que etiquetó como “maestro del futbol y de la vida”.

El próximo 30 de agosto, el director deportivo cesará de su cargo en el Proyecto Shalom. “Tiene que venir otro mejor que yo, con otras ideas, y si es árabe mejor”, mencionó. Además, expresó: “El proyecto funciona, el labor social está hecho, pero no tiene expansión y ese es el mayor problema”.

Actualmente, Perel se encuentra en Buenos Aires junto a cinco jugadores nacidos en Israel, con descendencia árabe (de entre 10 y 18 años), que están entrenando en Chacarita luego de superar un proceso de selección en Israel. “Trajimos un defensor central y existe la posibilidad de que pueda firmar en el club”, dijo. Igualmente, aclaró que el principal objetivo del viaje es “que conozcan otras culturas” y que puedan “usar el fútbol para ser mejores”.

Además, agregó que en las pruebas “no hay negocio” porque los clubes dueños de los pases tienen que dejar libres a los jugadores en caso de que algún equipo extranjero quiera fichar al deportista, por lo que llegaría con el pase en su poder.

Luego de dar los primeros pasos, los éxitos de Perel como director técnico no tardaron en llegar. Salió campeón en varias oportunidades con la Novena del Funebrero y, en 1977, a los 27 años, dirigió la Primera División, pero aclaró: “Entraba a la cancha como personal auxiliar porque no estaba recibido de DT”.

Un problema de índole personal lo llevó a continuar su carrera como entrenador en Israel, donde vive desde 1995. Allí, con la ayuda de un periodista local, trabajó para equipos profesionales como el FC Bnei Yehuda de Tel Aviv. En 2002 empezó a formar parte del Proyecto Shalom tras leer un aviso en el diario y enviar su currículum.

Luego de un tiempo dentro de la escuela, donde fue técnico y coordinador de área, le ofrecieron la posibilidad de ser director deportivo, cargo que ocupa hasta la actualidad. “Cuando inicié hicimos un censo y teníamos 13 mil alumnos. Le fuimos dando un orden porque no lo tenía”, comentó.

El Proyecto cubre más allá de las necesidades deportivas: “Mientras la mitad de los chicos juegan al fútbol, la otra mitad tiene apoyo educativo donde aprende y mejora lo que le explican en la escuela”.

Por su parte, sobre la adaptación que realizó, aseveró: “Cuando entrás en una ciudad árabe hay que dejar de lado los preconceptos. Después de un entrenamiento, unos niños árabes me tiraron piedras. Salí del auto, los invité a tomar una gaseosa a mi casa y les pregunté el motivo. Ahí me enteré que les pagaban por hacer eso. El problema está en la formación que tienen”.

Para Perel, “la única alternativa para la paz” entre judíos y árabes es el deporte y la creación de un “Estado Palestino”. Según indicó, los judíos tienen que “hacer más” para que los árabes les “crean más”. También explicó: “Un deportista judío y un árabe a los 10 años gritan los goles juntos y a los 19 se matan sin saber que alguna vez compartieron un vestuario”.

A pesar del transcurso del tiempo, el técnico continúa ligado a la institución de Villa Maipú, donde presentó un proyecto futbolístico. ”Si me necesitan voy a estar, sin ningún cargo”, concluyó.





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