Sin rumbo. Por Gustavo Szpigiel


Chacarita perdió con Estudiantes de Buenos Aires en San Martín 1 a 0.

Que haya sido en la última jugada del partido (el gol lo hizo Randazzo) es una circunstancia; el Funebrero fue un equipo sin esquema de juego, sin profundidad y con individualidades con un muy bajo nivel.

Si uno toma el hecho consumado o como habitualmente se dice, “el diario del lunes”, puede pensar que es lógico que el local mostrara su peor cara. No concentró y quien es uno de sus mejores jugadores (Blanco) fue al banco de suplentes. El no concentrar no es un problema en sí mismo: muchos equipos en el mundo lo hacen, acá el problema es el motivo por el que no lo hicieron; y nadie  confirmó oficialmente si esto se debería a una medida del plantel por problemas económicos o por otros motivos. Y lo de Blanco es inexplicable.

Hoy jugó Juan Cruz González en su lugar, que es un buen jugador pero no cumple la función de “Ricky”. En la primera etapa no hubo una sola situación de gol y lo más aproximado fue un tiro de Perdomo que se desvía en un defensor y casi descoloca a Bruera.

Chaca solo era la actitud de Tobías Fernández (un jugador que se está ganando a la gente en base sus ganas) y la jerarquía de Fredes, aunque nunca hay que dejar de mencionar a Perdomo.

Pero volvemos a repetir que el mayor problema de Chaca es que no se sabe a qué juega. O mejor dicho, no juega a nada. Notamos a un técnico que da la sensación que está pasando por un momento de desconcierto. No solo no se ve una línea de juego sino que también se equivoca con los cambios. Hoy perdió la posibilidad de una ventana al separar la modificación de Chavez y Ronaldo (entraron por Hoyos y Godoy) al hacerlos con un minuto de diferencia. Cuando se dieron cuenta en el banco ya era tarde y los suplentes se tuvieron que ir a sentar al banco sin posibilidades de ingreso (esto también es responsabilidad de sus auxiliares que no se lo informaron rápidamente).

Pero es solo una muestra. La sensación es que en estos momentos el equipo no está respondiendo. Desapareció eso que tanto elogiamos y se perdió la alegría, obviamente cuando no se gana pasa esto pero no sabemos qué fue lo que pasó primero.

 Nosotros estamos convencidos que hay plantel. Faltan diez fechas y el lunes se juega el clásico con Atlanta. Es urgente volver al camino de los buenos resultados para poder entrar a la zona de la pelea por el segundo ascenso. Para eso hay encontrar nuevamente el rumbo, ese que todos vemos que hace un tiempo se perdió y, por ahora, el técnico no lo puede enderezar.

Por Gustavo Szpigiel

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