Como todos los comienzos de temporada, nace una nueva ilusión. Una ilusión que está dentro del hincha de Chacarita. Una ilusión que surge desde el sano optimismo de quien va a la cancha siempre y espera que ocurra el milagro.
Desde hace mucho tiempo que no hay nada (llámense incorporaciones) que indiquen o generen algo distinto.
Este año la llegada de Aníbal Biggeri (quien ascendió en el 2014 de la B Metropolitana al Nacional B) generó algo nuevo. Es ahí donde la dirigencia decidió apostar y que él arme el grupo con el que piensa afrontar el extenuante torneo de la Primera Nacional.
Hemos tenido todo tipo de experiencias en los últimos años. Todas fracasaron. Desde la tonelada de jugadores “anónimos” hasta algunos “nombres” integraron los planteles. Todos fracasaron. No se clasificó a los reducidos por el segundo ascenso (ya ni soñamos con ser campeones directos).
Pero lo que sucedió el 18 de diciembre con la selección encendió otra vez esa mecha que nos hace brillar los ojitos, palpitar el corazón e ilusionarnos nuevamente. Y es que no hay nada escrito en el fútbol. Apareció un DT (Lionel Scaloni) sin ninguna experiencia, llevó algunos jugadores “desconocidos” para la mayoría de los argentinos, armó un gran equipo, lo apoyó la dirigencia y lograron la tercera copa del mundo para la Argentina.
Acá sí hay un DT con experiencia. Pero está armando un equipo con jugadores desconocidos para la mayoría del público funebrero. Compite con equipos que tienen otro presupuesto y están apoyados en muchos casos por la misma gobernación de la provincia que representan. Se sabe que sin ese apoyo es muy difícil competir.
En este siglo Chacarita ascendió a Primera en 2009 y 2017. Ascensos fugaces, pero ascensos al fin.
En dos semanas comienza un nuevo torneo. Y ahora nos volvimos a ilusionar, ojalá que con Biggeri, la tercera vuelta a la A sea una realidad.
Gustavo Szpigiel
0 comentarios :